Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


domingo, 26 de febrero de 2012

mi angel guardián y mi demonio estrafalario


El día 22 mataron en el distrito de Bab Amor de Homs, Siria, a la periodista Marie Colvin. Dos veces premio a la Valentía en el Periodismo, de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios, había perdido un ojo por una herida de una esquirla mientras trabajaban en Sri Lanka en 2001 y desde entonces llevaba siempre un parche negro en su ojo en sus apariciones públicas. Este parche hizo que fuera inmediatamente identificada tras su muerte.

Hoy rebuscando en un montón se me ha enganchado en la mano un parche pirata. Según el mito, el parche servía a los marineros para tener un ojo ajustado a la luz de la cubierta superior y el otro a la oscuridad para poder ir en cuestión de segundos bajo cubierta. La intensa luz del sol sobre cubierta en un barco en navegación podría requerir minutos de ajuste a la iluminación débil debajo de cubierta. Esos minutos eran preciosos y con el cambio rápido del parche de un ojo al otro el ahorro de tiempo resultaba  más práctico que una ceguera temporal al ir entre cubiertas.

Ayer puse la tele y me encuentro hablando a un hombre con un parche en el ojo.


Me acordé de la mala sensación que me había dejado esta foto del desfile de The Duke. ¡De cómo la moda coquetea con lo terrible!

Al principio pense que sería un lord inglés ó un actor por lo dandy que vestía hasta que  me dí cuenta de que era el torero Juan José Padilla. Hablaba de su parche, de cómo pensando en la incomodidad que causaría en los demás su parpado desfigurado se había puesto en contacto con Adriana Eslava. Contaba que ésta, víctima de un atentado en Colombia que le dejó tuerta, enseñaba a la gente que pasaba por su misma situación a confecionarse sus parches.

Fundación Parchecitos 
"El inicial, comprado en una óptica, fue sufriendo transformaciones: lo cortaba más pequeño, compraba elástico más delgado, lo forraba con cueros y telas de colores, pero surgió el primer problema: únicamente los hacia en Bogotá un señor, y se agotaban. Así que, con mis habilidades de diseñadora, desarrollé uno hecho 100% por mí, con materiales muy sencillos, y así declare mi libertad absoluta: Mi parche y yo ya no dependíamos de nadie... Por eso mis parches, como el amor, no se venden, se enseñan y se entregan, para que nadie dependa nunca de mí, para dar esa misma libertad que un día logré. " Adriana Eslava



su última crónica al Sunday Times, la del domingo 20, periódico para el que llevaba trabajando 25 años

Mazorca

Mi ángel guardián y mi demonio estrafalario
desgranando granadas fieles, siguen mi pista
en las vicisitudes de la bermeja lista
que marca, en tierra y en mar, mi itinerario.

R. López Velarde

2 comentarios:

estrella dijo...

Valiente Maria Colvin, si hay Gloria que me espere alli, aunque yo soy muy cobarde.

Anisia Serendipia dijo...

¡Quien sabe! Igual no era más valiente. Igual solo pensó que alguien tenía que hacerlo y que si no era ella ¡quien lo iba a hacer!